¿Sabes cual es el musculo del alma?

Para describir a ese musculo que llaman el “Musculo del Alma”, también se emplean otras expresiones como “Sede del alma” y “Terreno del alma”.

No es otro que el Psoas.

Estos días he visto a varias personas con el Psoas “tocadito”. ¿Sera casualidad?

Te cuento alguna cosilla sobre él.

Conecta la columna vertebral con las piernas y es el responsable de mantenernos de pie y el que nos permite levantar las piernas para caminar.

Es el músculo más profundo y estabilizador del cuerpo humano. Afecta a nuestro equilibrio estructural, a la amplitud del movimiento, la movilidad articular y el funcionamiento de los órganos del abdomen.

La vida ajetreada, días de continuo estrés y el ir corriendo todo el día hace que el cuerpo produzca mayor cantidad de cortisol.

Con el tiempo ese cortisol afecta directamente al psoas, haciendo que el musculo se acorte y pierda flexibilidad.

Y que pasa.

Pues que acaba afectando a la postura, haciendo que te encorves y que se doble el abdomen.

También afecta a la parte posterior, esto deriva en problemas de caderas, lumbares, ciatica o dolores en la parte baja de la espalda.

Esto hará que la persona en cuestión, al estar de pie, asuma una posición de hombros curvados y la postura inclinada hacia adelante.

Incluso puede provocar dolores menstruales o dolores en la digestión.

Casi na con el musculito.

Como para no hacerle caso.

Aun hay mas.

Algunos estudios recientes consideran además al Psoas, un órgano de percepción.

Dicen que está compuesto por tejido bio-inteligente que encarna, literalmente, nuestro deseo más profundo de supervivencia.

Es decir, es el mensajero primario del sistema nervioso central, por lo que es considerado también como un portavoz de emociones (“de las mariposas en la tripa”).

Liz Koch, habla ampliamente del tema en su libro, «The Psoas Muscle».

Koch plantea que nuestro rápido estilo de vida moderno (que dispara los niveles de adrenalina de nuestro sistema nervioso simpático) activa y mantiene en tensión, de manera crónica al Psoas, por lo que está listo para correr o luchar en todo momento.

Tiene mucho sentido ya que sabemos que un estilo de vida acelerado y el estrés generan adrenalina que tensan el Psoas, preparándolo para correr, entrar en acción o encogerse para protegernos.

Es comprensible que la atrofia del Psoas, reflejada en el abdomen (habitualmente en tensión) y una respiración alterada (esta conectado con el diafragma), conlleve alteraciones emocionales.

Puede que mucha de la ansiedad que nos oprime, o parte de esa apatía crónica que nos domina, esté relacionada con un Psoas inhibido.

De ahí la importancia del Psoas para nuestra salud, vitalidad y bienestar emocional.

En la terapia energética se le hace mucho caso.

De echo se trabaja bastante el Psoas ya que forma parte de una de las barreras (lugares donde la energía no puede pasar adecuadamente).

Estas barreras son sitios de transición.

El organismo está constituido por válvulas, que son esfínteres físicos o energéticos, algunos más densos que otros, que permiten el bombeo de energía a través de zonas de diferente potencial o de polaridad.

Por ejemplo, las arterias están llenas de esfinteres que van determinando en cada momento cuanta sangre llega a cada territorio tisular o celular.

A nivel energético la zona de transición donde se ubica el psoas separa dos zonas, una de ellas asociada al elemento tierra y la otra al elemento agua.

¿Que le pasa a la tierra sin agua?

Mala cosecha. Para que la tierra este fértil necesita agua.

Dentro de la tradición taoísta se habla del psoas como , la sede del alma y rodea la parte inferior o “Tan Tien”, uno de los principales centros de energía del cuerpo.

Cuanto más flexible y fuerte esté el psoas, más podrá nuestra energía vital fluir a través de los huesos, músculos y articulaciones.

En las culturas que siguen el modelo occidental, la gente pasa la mayor parte del tiempo sentadas en sillas y, después, se sienta en el auto y conduce en vez de caminar.

Hemos perdido la flexibilidad natural del cuerpo.

Hemos perdido conciencia del centro de gravedad y de la importancia que tiene generar todos los movimientos desde él.

El psoas sería como un órgano de canalización de la energía, un núcleo que nos conecta a la tierra, nos permite crear un soporte firme y equilibrado desde el centro de nuestra pelvis.

Así la columna vertebral se alarga y a través de ella, puede fluir toda nuestra vitalidad.

Liz Kosc (la del libro, «The Psoas Muscle») cree que:

“… mediante el cultivo de un psoas sano, podemos reavivar energías vitales de nuestro cuerpo, aprendiendo a volver a conectar con la fuerza vital del universo”.

Te puedes hacer una idea de la importancia de mantener el psoas en perfecto estado. Un bloqueo en esta zona tiene repercusiones en muchas funciones.

De hecho, el psoas está tan íntimamente involucrado en las reacciones físicas y emocionales básicas, que cuando está tensionado de forma crónica, está enviando al cuerpo continuas señales de peligro, por lo que puede repercutir en el agotamiento de las glándulas suprarrenales y del sistema inmunológico.

Pues nada mas por aquí, a cuidarse el Psoas.

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