Hoy me quedo en la cama

Hay días que la vida te pesa.

No sabes porque. No ha pasado nada extraordinario que te lleve a ese estado donde no ves lo bonito de la vida.

Por mucho que te llegue la frase del día: “Que cada día sea el mejor día de tu vida”. “Cree en ti…y todo sera posible”.

Pues va a ser que no.

Ayer fue uno de esos días.

Bien a gusto me habría quedado en la cama. Solo me apetecía tirarme en el sofá y mirar las musarañas.

Me lo permití. No.

Tenia mucho que hacer, preparar clases, presentaciones, contestar correos, suma y sigue.

Hice lo correcto. Pues no.

Me tenia que haber permitido descansar, mirar las musarañas y observar que me hacia sentir así.

Al final del día lo hice. Mire hacia dentro. No me escaqueé.

Tenemos que permitirnos momentos de tristeza, de nostalgia, incluso de enfado. Y pasar momentos de silencio y calma para que las emociones afloren.

Da igual que no sepamos poner nombre a lo que sucede.

Al seguir con nuestra actividad cotidiana, y entrar en la vorágine del dia no dejamos fluir las emociones, las bloqueamos. Miramos para otro lado.

De manera inconsciente nos estamos alejando de algo que nos causa desagrado, que no gusta sentir. Es un mecanismo de defensa.

Cuando te suceda, tomate unos minutos para observar, sentir la emoción. Nada mas. Sin interpretar lo que pasa, sin juicios. Solo observa.

Date la oportunidad de parar.

Y de sentir.

Existe una herramienta maravillosa para ser consciente de lo que piensas y sientes.

Utiliza un cuaderno para anotar los momentos donde lo pasas mal. De esta forma, comenzaras a observar los programas mentales asociados a la auto-generación del sufrimiento.

Divide la página en 4 columnas:
En la primera columna escribe la CIRCUNSTANCIA en la que te encuentras (por ejemplo: he hablado con mi madre, he visto las noticias, he recibido una llamada, he tropezado y me he caído,…).

En la segunda columna debes escribir la EMOCIÓN que has sentido (por ejemplo: tristeza, rabia, frustración, miedo,…). Si son emociones positivas no las anotes. Solo interesa gestionar lo negativo.

En la tercera columna escribe el PENSAMIENTO (lo que dice nuestra mente, por ejemplo: “no valgo para esto”, “no puedo más”, “esto no es justo”, “siempre me pasa a mi”,”la culpa es de mi vecino,…).

En la última columna debes escribir la RESOLUCIÓN, o lo que es lo mismo, como puedes resolver esa situación sin juzgar, aceptándola y sin que te lo tomes como algo personal.

Hay una gran diferencia entre lo que dice nuestra mente, nuestro ego, que juzga, etiqueta, que busca fuera a los culpables, y la resolución donde no existe el juicio, ni la culpa.

La resolución es una mirada al origen del sufrimiento. Tienes que llegar a una comprensión superior desde el no juicio, la compasión y el amor.

Para poder llegar a esa resolución imagina que te diría en esa situación una amiga o amigo, o la persona mas sabia que conoces. ¿Que te diría Jesús, Teresa de Calcuta o Buda?

O algo mejor aún, escuchate.

Escucha a tu Maestr@ Interior.

Esa es la recomendación de hoy. Escucha, siente, permite que afloren tus sentimientos.

Y si lo escribes, mejor. Lleva un diario emocional.

Recuerda. “A lo que te resistes, persiste”.

En esa cuarta columna es donde entran los Coach, Terapeutas, Psicólogos,…, ya que cuando se esta dentro del problema es mas complicada la observación objetiva, y siempre ayuda una visión desde fuera del conflicto.

Una visión que no esta empañada por la oleada de emociones asociadas a la situación que ha desencadenado el dolor.

Y ahora si, una frase de Teresa de Calcuta para terminar: “Yo hago lo que usted no puede y usted hace lo que yo no puedo. Juntos podemos hacer grandes cosas”.

Que pases un gran día,

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