¿La música amansa las fieras?

Seguro que habéis oído hablar alguna vez de la Musicoterapia.

Cuando dicen que la música amansa las fieras, es cierto, y no es lo único que hace.

La ciencia a finales de los años 50 estableció que toda la materia física está formada por energía consciente, la cual es conocida como “éter” o energía etérea.

La palabra éter significa “brillo” en griego, y podríamos definir a este tipo de energía como la realidad fundamental de lo no visible (tampoco vemos las ondas wifi, y no dudamos que existen).

Estos reinos de lo sutil ya eran conocidos por las ciencias ancestrales y por los sabios de la antigüedad.

Los trabajos de los filósofos griegos, como Pitágoras y Platón, mencionaban la existencia del “éter”, como también los antiguos escritos Vedas de la antigua India hablaban de este tipo de energía, la cual era llamada “Prana” o “Akasha”.

En Oriente era conocido como “Chi” o “Ki” y se le atribuía una importante interacción con la salud del ser humano.

Los científicos contemporáneos tomaron conocimiento de las energías sutiles y, aunque no se vean, las aceptaron como parte primordial de la existencia.

Hoy en día reciben nombres como “Materia oscura”, “Energía de punto cero” y “Campo cuántico”.

Según la ciencia existen una serie de estructuras en el éter, las cuales organizan el flujo energético dándole forma de patrones específicos.

Los Sólidos Platónicos (Tetraedro, Cubo, Octaedro, Dodecaedro e Icosaedro) serían esos patrones dentro del éter que organizan a la energía para darle formas determinadas.

Estudios realizados por físicos cuánticos en Rusia aseguraron que los Sólidos Platónicos son estructuras geométricas compuestas de “música cristalizada”, las cuales se ordenan naturalmente y adoptan sus características morfológicas en el éter cuando éstas pulsan en su frecuencia específica.

Este era un secreto muy bien conocido por los grandes maestros de la música clásica, que en sus composiciones no solo se dedicaron a hacer melodías, sino que también creaban frecuencias que eran capaces de reordenar los patrones geométricos en el éter.

Es decir, creaban armonía, equilibrio,…, salud.

¡Las propiedades armonizadoras de las obras maestras de la música clásica eran utilizadas para devolver el equilibrio y reordenar los patrones naturales del ser humano!

La antigua cosmología establecía ya en la Edad Media que a cada esfera planetaria le corresponde una nota diferente en la escala musical universal.

Platón, Pitágoras, Plínio y Ptolomeo antiguamente tenían conciencia de este conocimiento, mientras que Beethoven, Bach y Mozart lo utilizaron para crear sus armónicas piezas musicales.

Investigaciones realizadas por científicos de diversas especialidades -entre ellos geneatistas y lingüistas – ha llegado a la conclusión de que el ADN puede ser modificado mediante sonidos y frecuencias.

Los investigadores están convencidos de que armonizando los sonidos en una determinada frecuencia se puede llegar a influir en el ADN.

El poder del sonido sobre la Salud, sostenido durante milenios por diversas corrientes de pensamiento, quedaría así confirmado.

Una de las obras que puedes escuchar para armonizar tu organismo es el Requiem de Mozart (53 minutos, no importa el volumen, importa la vibración).

Si puedes consigue la versión del director Herbert Von Karajan (Deutsche Grammmophon Gesellschaft) que respeta los 53 minutos, los instrumentos y las afinaciones de la partitura original.

Se cuenta que después de aceptar el encargo de escribir el Requiem, Mozart comento a su mujer: ¿Ellos creen que voy a escribir una música para los muertos? ¡Yo les voy a escribir una música que “despertara” a los muertos!

Ademas de la música de Mozart (y algunos otros) tenemos el sonido del Gong.

Lo que se ha empleado desde la antigüedad (antes de Mozart) para generar patrones de ordenamiento a través del sonido ha sido el Gong.

La terapia de sonido Gong se ha practicado durante miles de años. Implica el uso de sonidos y vibraciones terapéuticas para lograr la curación. Era usado por los sacerdotes-sanadores del Antiguo Egipto, se empleaban en China, la India,…

Y no fue introducido en Occidente como tal hasta bien entrado el siglo XX gracias a Yogi Bhajan, que pidió que en cada centro de yoga, en cada Ashram hubiera un Gong y se tocase con regularidad.

Ahora lo tenemos a nuestro alcance. En hathadojo se realiza un baños de gong todos los meses.

Te animo a que emplees la música para mejorar la salud, y generar bienestar, armonía y equilibrio (mas abajo te dejo alguna recomendación mas).

Algunas piezas que puedes emplear como Musicoterapia: “Variaciones de Goldberg” de Bach; “Aire para cuerdas en sol”, de Bach; “Sinfonía n.º 40 en sol menor”, de Mozart; “Pastoral”, de Beethoven; Sutra del Tíbet (BSO “Siete años en el Tíbet”; “Gaia, sinfonía n.º 1, interpretada por Enya; Música Hado.

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